perspectiva política

Cuba verde. En busca de un modelo para la sustentabilidad en el siglo XXI

Editor científico: Carlos Jesús Delgado Díaz

Autores: Carlos Jesús Delgado Díaz, Olga Fernández Ríos, Christopher Falvin, Hans-Peter Dürr, Thalía M. Fung Riverón, Christopher James Seaton Clarke, Jorge Mario García Fernández, José Ramón Acosta Sariego, Miguel Limia David,  Antonio Armas Vázquez, Martin Roberto Bourque, Miguel A. Vales García, Deisy Prieto García, María Elena Rodríguez Fuentes, Juan Mario Martínez Suárez, Bárbara Garea Moreda, Grisel Herrero Echevarría, Plácido Sánchez Vega, Enrique Giménez Hurtado, Héctor Eugenio Pérez de Alejo Victoria, Edward (Ted) Benton, Frederick Gale, Joel Kovel, James Robertson, Diana Schumacher, Andrew McLaughlin, José Ramón Fabelo Corzo, Martin Abram Stott, Alison Pritchard, Raúl J. Garrido Vázquez, Amanda Lilian Root, Michael M´Gonigle, Eamon Murphy, Orlando Rey Santos, Anuradha Mittal, Modesto Fernández Díaz-Silveira, Patricia A. Lane.

¿Cómo citarlo?

Delgado Díaz, Carlos J. (ed.) (1999). Cuba verde. En busca de un modelo para la sustentabilidad en el siglo XXI. La Habana: Editorial José Martí. 430 páginas.

Transcribo la Nota preliminar que explica la naturaleza y propósitos del libro.

«En la primavera de 1998 recibí los manuscritos que conforman el presente volumen y una primera versión del libro que había sido elaborada por el profesor Michael M´Gonigle -gestor de esta obra y uno de sus principales promotores. He tratado en lo fundamental de seguir su lógica de pensamiento aunque, como siempre sucede en estos casos, la estructura final ha cambiado en el transcurso del proceso de publicación.

Los ocho capítulos que lo integran han sido ordenados jerárquicamente en tres niveles de generalidad, de modo que el lector pueda transitar del conocimiento del estado del planeta y el problema crucial de la forja de una conciencia ambientalista a nivel global (capítulos I y II), al estudio de los asuntos referidos a la protección de la diversidad biológica y la energía (capítulos III y IV), y de estos a los problemas de naturaleza eminentemente superestructural, tales como el debate sobre la posibilidad de una economía ecológica y el socialismo verde, la gobernabilidad basada en la comunidad, las transformaciones institucionales y legales para un futuro sustentable, y las perspectivas en vísperas del nuevo milenio (capítulos V al VIII). Este ordenamiento del material guarda relación también con nuestro concepto sobre el grado de urgencia de los asuntos que se tratan. Ello explica por qué la educación ambiental es uno de los temas que está al inicio de nuestro libro.

Cuba verde. En busca de un modelo para la sustentabilidad en el siglo XXI no pretende mostrar a Cuba como un modelo universal de sustentabilidad que otros deban seguir, ni como paraíso idílico de solución de los problemas ambientales; su propósito es concreto y profundo. Existe un modelo de relación del hombre con su entorno -proveniente del Norte industrializado- que es insostebible y debe cambiar; Cuba hace cuarenta años que intenta transitar por otra vía y construye un modelo alternativo para sí. Ella es un ejemplo de búsqueda de un futuro major para el hombre y su medio, y así se presenta en este libro.

Otro rasgo distintivo hay que considerar en esta obra. En sus páginas han encontrado espacio opiniones científicas y enfoques disciplinarios variados. En ellas están juntos el agricultor, el educador, el investigador, el filósofo, el físico, el biólogo, el economista, el historiador, el jurista, el sociólogo, el ciudadano…, cada uno con su enfoque específico y su modo de decir particular -esto puede explicar cierta irregularidad en los textos en cuanto al estilo de pensamiento científico expresado en cada artículo. Tal diversidad asusta por su magnitud, alcance y complejidad. No obstante, no estamos hablando de un libro multitemático. Su diversidad autoral refleja la naturaleza propia del tema que se estudia, la manifestación múltiple de una problema científicamente definido y concreto: el ecológico. Por otra parte, la coincidencia en un texto sobre ecología, de varios enfoques y líneas de investigación, científicos que hasta hace poco tiempo parecían divergentes e incompatibles -por ejemplo, ciencias naturales y sociales-, es una tendencia mundial que se ha fortalecido en los últimos años. En materia de ecología humana la demarcación de los asuntos en áreas científicas especiales cerradas y autónomas no ha resistido la prueba del tiempo, y aun más, la separación absoluta entre ciencias naturales y sociales y el predominio de la fe en las ciencias naturales y en la tecnología están cediendo lugar a una reflexión integradora más sana y multilateral que reconoce el papel de la espiritualidad en la búsqueda de soluciones científicas. Es necesario superar nuestro presente industrial y tecnocientífico, y recuperar la cultura humanística sobre una base nueva. Cuba verde es un intento de avanzar por ese camino.

El lector debe prestar atención a una última particularidad del libro. El problema ecológico ha puesto en discusión la vitalidad y el rigor de los enfoques epistemológicos objetivistas y empobrecedores que han predominado en la ciencia desde el siglo XVII hasta nuestros días. La búsqueda de solución a la problemática ambiental demanda un nuevo pensamiento epistémico que ha comenzado a emerger paulatinamente y que ha debido incorporar en este empeño lo mejor y más radical del pensamiento ecologista. Si el asunto principal de este libro es el problema ecológico, su problema subyacente es la complejidad, cómo tratarla y cómo comprenderla en los marcos de una ciencia distinta. En vísperas del tercer milenio estamos asistiendo al cambio en la ciencia, y Cuba verde es también una pequeña contribución internacional al este empeño colectivo.

Carlos Jesús Delgado Díaz»
Cuba verde, primera edición, páginas 11 y 12.

Han transcurrido veintiún años.

Cuba verde es un libro que resultó tener larga vida. Sobrevinieron otras ediciones y reimpresiones y se usó ampliamente en la educación superior cubana. Fue una agradable sorpresa, en medio de tan abundante, fluida y rica bibliografía sobre la problemática ambiental.

Es un libro que tiene significado personal para mí. Cada libro lo tiene para su autor, pero esta es una obra colectiva, donde mi contribución al conocimiento es muy pequeña. Sin embargo, editar el volumen, concebir su estructura, fue un recorrido vital y significó un cambio personal profundo. El recorrido estuvo lleno de sorpresas y enseñanzas. Más de una vez estuvo al borde de abortarse, por el volumen de páginas, los elevados costos y los limitados recursos económicos para lograrlo. Algunos detalles significaron todo un reto, desde obtener una foto de cada autor, algo lleno de obstáculos y resistencias por entonces, hasta decisiones más delicadas de inclusión, y organización de los textos. Pero no estuve solo en ese empeño, pues me acompañaron muchos colegas y amigos, algunos autores, otros profesionales interesados en el tema y que comprendieron la necesidad de un libro como este. Además, estuve acompañado y conducido de cerca por la mano de René Marie Parry-Hausenstein (1922-2015), una mujer amiga de Cuba, autora del libro The political name of love (2007) un monumento a la solidaridad con Cuba y de Cuba. Era ya entonces una persona de avanzada edad y exigía a cada paso del proceso de organización y luego del editorial calidad. Sabía de todos los obstáculos por el período especial, pero no toleraba las justificaciones al amparo de las dificultades. Para ella, la tarea humana consistía en superarlas. Su demanda a veces no era comprendida por mí y por otros, pero la enseñanza fue fundamental en mi vida profesional, pues aprendí a escuchar, perseverar, cuidar los detalles, no ceder si no se presentan argumentos consistentes, y no decaer aunque el mundo se venga abajo y la tarea parezca imposible. 

En la actualidad han cambiado muchos términos en materia ambiental y hemos ganado en precisión conceptual. El paradigma del desarrollo sostenible ha tomado la delantera y es hegemónico. Esto tiene muchas aristas positivas y negativas, pues está lejos de ser un paradigma perfecto. Ya es menor en los textos la presencia del lenguaje tan sexista de entonces. Y seguramente a todo esto habría que añadir otros muchos detalles. 

No nos referimos en la actualidad a un problema «ecológico», sino «ambiental», y los más radicales consideramos que es una crisis «cultural civilizatoria» asociada al capital y su hegemonía,  que cobra formas de «crisis de la humanidad» (Morin) incapaz de atender sus problemas fundamentales. Uno de esos problemas es sin dudas el ambiental.

También aparecieron problemas nuevos, vinculados a la cuarta revolución industrial y la bioética global. Unida al pensamiento ambientalista la bioética ambiental marca nuevos derroteros para comprender la transición en que nos encontramos. Estamos pasando casi sin darnos cuenta, de buscar soluciones a problemas presistentes y problemas emergentes de primera generación, heredados de los setentas y todavía no resueltos, a otros más recientes: problemas emergentes de segunda generación. Estos últimos aseguran la entrada de la humanidad en una etapa nueva y más delicada con respecto al balance de los conocimientos y su uso social para el bien común. 

Y no obstante los cambios, Cuba verde mantiene su actualidad como texto pionero en la colaboración de científicos de ciencias sociales, naturales y la ciudadanía, en la inclusión de aportes que vienen de todos los campos, científicos y no científicos, por el llamado a la construcción de modelos amigables con el ambiente, desde perspectivas epistemológicas abiertas a la diversidad y al diálogo humano.

Carlos J. Delgado
4 octubre 2020